jueves, 8 de enero de 2015

CAPÍTULO 8: Ven a pervertirme.

Narra Vanesa.

No sabía muy bien que estaba haciendo, ¿que iba a hacer al llegar allí? Ni siquiera yo misma lo sabía. La rabia me consumía por dentro, sólo me movia por impulsos. Iba superando los límites de velocidad por la carretera, ni en eso me estaba fijando, y soy de las que conduce con precaución. Llegue al puerto y aparqué, pero conforme me iba acercando al muelle, pude ver dos figuras a los lejos... Un momento... Ese era Miguel, pero al otro no le reconocía, le estaba dando un sobré con una gran cantidad de dinero...

-Será carbón...- dije susurrando para mi misma, escondiéndome detrás de una columna que había allí.

Saqué mi móvil con prisa, y pude ver que tenía varias llamadas perdidas de Malú, dios, la había dejado sola... Luego la llamaría, antes tenía que inmortalizar esto, me puse a hacer varias fotos a Miguel y al hombre que no conseguía adivinar quien era, a lo mejor mi novia lo sabía... Mi novia... Que raro me sonaba decir eso...

Sin que se dieran cuenta, volví sobre mis pasos, me metí en el coche y arranque a toda prisa, quería llegar lo antes posible a casa para contarle esto a Malú. Al llegar, todo estaba cerrado, no se oía ni un sólo ruido dentro... ¿Se habría ido? Lo dudo, su coche seguía aquí. Entre dentro de la casa, tengo que reconocer que con un poco de miedo... Me la encontré llorando en una esquina, con todo a oscuras.

-¡Malú!- la levanté corriendo del suelo, mirando sí la había pasado algo...- ¿Estas bien?
-No Vanesa joder, no estoy bien- dijo dándome la espalda.
-¿Que te pasa Malú?- vi que su móvil estaba en la otra parte de la habitación, con la pantalla resquebrajada.
Me acerque lentamente, y al cogerlo, había una conversación abierta, con Pablo, como no... Se leía con dificultad, debido al estado de la pantalla, pero pude leer perfectamente la parte donde ponía: se que volverás, yo me encargare de que no te quede otro remedio más que volver a mis brazos, un beso, querida.

Será cabronazo. Me gire y Malú se volvió a tumbar en el suelo, llorando desconsoladamente.
-Malú joder, levántate de ahí, venga, vamos al sofá-la cogí del brazo y tire de ella de nuevo para arriba.
-Nunca me va a dejar ser feliz...-dijo rompiendose de nuevo por dentro. No pude hacer otra cosa más que abrazarla, a lo que ella respondió llorando más fuerte en mi hombro, aferrandose a mi cuerpo.
-Malú no te va a hacer nada, no mientras yo este contigo, ¿vale?- asintió no muy convencida.
-Pero dentro de poco tendremos a todos los paparazzis en la puerta Vanesa... ¿Tu puedes vivir con eso?- me dijo atemorizada por lo que iba a responder.
-Creía que no, pero sí tengo que pasar por eso, por estar a tu lado y protegerte lo haría una y mil veces Malú. Se acercó a mi, se puso un poco de puntillas y me besó, fue un beso cargado de amor y de pasión a partes iguales.
-Te quiero- me dijo separándose de mi boca, yo la conteste con otro beso, y otro, y otro...

Seguimos besándonos hasta que empece a moverme llevándola hacia detrás, dejándola caer en el sofá conmigo encima. Vanesa centrate, que tu tenías que contarle algo... Malú metió sus frías manos por debajo de mi camiseta, y ahí tuve que frenar, porque sabía que sí seguía no iba a poder parar.
-Malú...- no me hizo caso y siguió besándome.
-Necesito hacerte mía Vane..., enséñame como hacerlo- movía sus caderas insinuantes debajo de mi cuerpo.
-Malú que yo te tenía que enseñar una cosa, por favor...- seguía sin hacerme caso.
-¿El que me quieres enseñar?, ¿esto?- dijo levantando mi camiseta.

Vale, que le den por culo a todo, ya se lo contare luego, necesitaba hacerla mía. Al notar que había ganado no pudo evitar soltar un pequeño gemido que hizo que todos mis sentidos se pusieran a funcionar. Empece a besarle el cuello, las clavículas, hasta llegar a su pecho...
-Vane...- me dijo con voz suave.
-¿Que pasa?- la dije preocupada.
-Se que quieres ir lento, pero no te preocupes por mi, puedes hacerme lo que quieras... Enséñame todo lo que sabes...-me dijo con voz sugerente desde abajo. Eso me desató. Era mía.
Baje mi cabeza de nuevo hacia sus pechos y empece a besarlos, a morderlos, a comérmelos por completo, necesitaba hacerlo así, la deseaba tanto... Apretaba sus pechos con rabia, joder como me estaba poniendo... Ella sólo gemía, y enredaba sus manos en mi pelo...
Seguí bajando por su cuerpo, por su vientre... Hasta llegar a la zona sensible de su cuerpo.
-¿Me dejas?- la dije mirándola desde abajo.
-Soy tuya Vane...- me dijo sin abrir los ojos. Hundí mi boca en su intimidad, saboreando su sabor por completo, ahora sí que los gemidos eran insostenibles... Me estaba volviendo loca.  Se sentó en el sofá  por el placer mientras mi boca seguía jugando con su sexo. Apretaba mi culo con fuerza, me estaba poniendo mala con esos ruidos. No se hizo esperar mucho, y volvió a tumbarse en el sofá abandonandose al placer.
Acabó sin respiración .

-Joder Vanesa...- dijo en un gemido, creo que no había oído un sonido mejor que aquel..
-¿Te ha gustado?- dije tumbándome juntó a ella.
-El mejor orgasmo de mi vida...- su mano se dirigió a su propio sexo... ¿Se estaba masturbando delante de mi?
-¿Que haces Malú?- la dije besándola el cuello y quitándome ropa.
-Tocarme, no puedo pensar en lo que acaba de pasar sin hacerlo...- vi que se metía un dedo, dios...
-Déjame que lo haga yo...- la dije metiendo tres dedos en su interior, yo ya estaba desnuda.
-Enséñame a hacerte esto a ti...- me dijo dándome la mano, la cual dirigí a mi sexo.
-Sólo haz lo mismo que te estoy haciendo yo...- empezó a acariciarme, al principio suave, pero en cuento cogió confianza con más fuerza...

Estuvimos así un rato, hasta que Malú paró,.
-Quiero comértelo...- me dijo mordiéndome el labio.
-¿Sí?- la dije  jugando con mis manos en su trasero.
-Ajá- cogió mis manos y las llevo a sus pechos.
-Tumbate...- me hizo caso, y se volvió a tumbar, la tenía desnuda, tocandose, debajo de mi.... Creo que no había mejores vistas.
-Malú deja de  masturbarte por favor...- vi como se empezaba a meter los dedos en su intimidad.
-Es que no puedo más, ven aquí...- la hice caso, yo tampoco podía más.
Puse mi sexo en su boca, y yo baje hasta la suya. Las dos estábamos que no podíamos más así que tardamos bastante poco en abandonarnos al placer...

Me tumbe  junto a ella en el sofá, las dos abrazadas después de hacer el amor...
-No parece que sea la primera vez que lo hagas con una mujer...- la dije  acariciando su espalda
-Te tenía muchas ganas...- me dijo dándome un suave beso.
-Sí nos conocemos desde hace poco, mentirosilla.- le dije haciéndola cosquillas....
-Tienes algo que atrae, no se... Eres como mi droga, y te conozco desde hace muy poco, pero se que no podría vivir más sin tus besos, los necesito...- no se cómo, me acorde de lo que había visto en el puerto, al final no habíamos hablado.

-Malú... Tengo algo que contarte....

No hay comentarios:

Publicar un comentario