martes, 20 de enero de 2015

CAPÍTULO 13: Te amo.

NARRA VANESA.

La tenia tumbada con la mitad del cuerpo sobre el mio, sentia latir su corazon, ese que todos los días me daba vida. Acariciaba su espalda desnuda de arriba abajo, ninguna de las dos hablábamos, no era necesario. Acabábamos de hacer el amor una vez más, y eso era algo sin lo que ya no podía vivir, sin su cuerpo, sin ella. Pero había algo de lo que teníamos que hablar.

-Malú, explícame lo de esta mañana anda.- no quería decirle que ya había visto las fotos, prefería que me lo dijera ella.

Se incorporó un poco, mirándome a los ojos, con el pelo enredado por su preciosa cara... Con cuidado le fui quitando el pelo de la cara, dejando suaves caricias por sus mejillas, hasta que pude ver esa preciosa sonrisa que a veces ocultaba. Se sentó en el sofá, y mis ojos la recorrieron de arriba abajo.

-Tápate por dios...- me puse un cojín en la cara y Malú fue corriendo a ponerse una camiseta riéndose, sabiendo que me mataba verla así.

-A ver... ¿Te acuerdas de Miguel?- simplemente asentí con la cabeza- pues no hizo más fotos de las que salieron a la vista.

Se estiró hasta la mesilla, cogiendo su iphone y buscando hasta que me enseño la pantalla. Volví a ver las fotos que había visto esta mañana, pero esta vez con la cara interrogante de Malú al lado mía, esperaba una respuesta por mi parte.

-¿Y que va a pasar con estas fotos?- la dije intentado parecer sorprendida.

-Se van a publicar, Rosa no ha podido hacer nada...- miro hacia otro lado, temia mi respuesta.

-Malú mírame...- seguían esquivando mi mirada, creo que estaba llorando.

-Vanesa... Me da mucho miedo esto. Me da miedo perderte por estas fotos.- sí, estaba llorando y yo no pude hacer otra cosa más que abrazarla.

-Nunca me vas a perder Malú.- la aparte de mi, y cogí su cara con mis manos. Fui dejando besos por su cara, quitando sus lágrimas.

-¿No te da miedo que la gente sepa lo nuestro?- me pregunto con una tímida sonrisa.

-Hace tiempo que no le tengo miedo a nada... Siempre y cuando sea contigo claro. Has echo que se me olvide hasta la razón de mi vida antes de conocerte. Me has robado cada trocito de mi cuerpo, Malú. Soy tuya completamente, y nunca podré evitar amarte más que a mi propia vida. Y unas fotos no van a hacer que me separe de ti.- ahora estaba llorando yo.

-Vanesa... Me he enamorado de ti, como nunca crei que podría enamorarme de nadie.- sabía que para Malú no era muy fácil expresar sus sentimientos, ese fue un paso muy grande para ella.

No creo que pudiera responderla con palabras, así que lo hice con hechos. La bese, pero no con la pasión que caracterizaba nuestros besos, sí no con amor. Demostrando que no nos pertenecíamos a nosotras mismas. Que éramos la una para la otra. Y que esto no lo podrían romper, era eterno.

-¿Y que pretender hacerle a Pablo?- puse una sonrisa picara, todavía me acordaba de su frase tan amenazante de esta mañana.

-No se todavía... Pero se que de alguna forma me va a pagar todo el daño que me ha echo- se escondió en mi cuello, y me abrazo. Me encantaba cuando se ponía como una niña pequeña.

-Gorda...- la di un beso en el hombro.

-Dime...- se estaba quedando dormida otra vez.

-Ah no no, despierta. Que te vuelves a dormir. Y son las tres de la tarde Malú, tenemos que comer...- intenté levantarme del sofá y tiro de mi cuerpo hacia ella.

Me empezó a besar con mucha fuerza, parecía que de repente se hubiera despertado del todo.

-Malú, para. Tienes que comer algo...- no habíamos desayunado, y ya había hambre.

-Eso estoy haciendo...- volvió a mi boca con más fuerza todavía.

-Malú, reservate para el postre, primero la comida...- intente volver a levantarme, pero me empujo, y caí en el sofá de nuevo con ella encima.

-A mi es que me gusta comerme antes el postre que la comida...- empezó a morder mi cuello, todavía mi resistía un poco, pero mis manos empezaron a ir por libre acariciando su cuerpo sin descanso.

-Malú... Llevamos sin parar de follar días...- parecía que estábamos en celo o algo, fuera de coña.

-Es que me pones demasiado Vane...- me quitó la manta de encima, dejándome desnuda totalmente.

-Quieta.- se paró, y le quite yo también la camiseta que llevaba como única prenda.- Eres preciosa.

La tenía desnuda completamente, encima mía. Mirándome con una mezcla de amor y deseo. Porque así era ella. Una fusión perfecta de todo lo que podía tener una mujer. Era la persona más perfecta que había conocido en mi vida.

Bajo su cabeza hasta mi cuello, y siguió besándome. Yo acariciaba sus muslos, en lo que ella seguía bajando hasta mis pechos. Que beso y mordió sin piedad, le gustaba hacerlo. Me tenía completamente a su merced.

-Malú, abre las piernas...- le susurre en el oído en lo que ella seguía entretenida con mis pechos.

-Espera...- llevo su mano a mi entrepierna y abrió sus piernas dejándome vía libre para darla placer.

Estábamos las dos ahogando los gemidos en la boca de la otra. Me estaba volviendo loca. Movía las caderas en busca de tener mayor contacto con mis dedos, al igual que yo. Estaba aguantando un poco, quería que no corriéramos a la vez...

-Malú venga... No puedo más.- metía y sacaba mis dedos en ella con mucha más fuerza.

-Córrete, cuando lo oiga me iré yo... Gime.- me puse a gemir más fuerte, y ella mordía mi cuello con fuerza. La ponía mucho que gritará.

-Me voy...- dijimos a la vez, pero antes de dejarnos llevar hasta el cielo cada una en manos de la otra, dos palabras recorrieron cada centímetro de la habitación por parte de nuestras bocas.

'Te amo.'

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