NARRA VANESA.
-Esta bien, cuéntame que es eso que tanto te preocupa...- se incorporo y se quedo sentada en el sofa, mi mirada la recorrió de arriba abajo, seguía desnuda.
-Malú... yo creo que deberías taparte un poco...-le dije mientras mis ojos se comían su cuerpo.
-Creia que te gustaba verme así...- se acerco peligrosamente a mi cuello.
-Malú, que no me dejas concentrarme, y luego no te cuento nada...-seguia a lo suyo y tuve que apartarla un poco de mi cuerpo.- Estate quieta.
-Ay jo...- se aparto de mi, y cogio un cojin para taparse un poco, se ve que no la apetecía ponerse la ropa todavía.
-Bueno a lo que iba, ayer volví al puerto a ver si veia a Miguel...- vi que la cara le cambiaba, ya no estaba tan alegre como hace unos segundos.
-Continua...-me dijo agachando la mirada.
-Le vi allí, con un hombre al que no conocía... Le estaba dando un sobre con dinero...- Malú me miro asustada.
-Sera cabron...- estampo el cojin contra el suelo, soltando toda la rabia que tenia dentro.
-Les hice una foto sin que me vieran... a lo mejor tu sabes quien es...- fui a por mi movil, y me volví a sentar en el sofa, buscando la foto, la encontré.
Malú me cogio el movil de las manos, una lagrima salió de sus ojos.
-El que le esta dando el dinero es pablo...- empezó a llorar de nuevo.
-Malú calmate por favor...- la dije abrazando con fuerza su cuerpo.
-No. No puedo, Pablo esta aquí... esta en málaga...- empezó a respirar con mucha fuerza, le costaba hacerlo.
-Malú tumbate... -me hizo caso y se echo para atrás, yo me vestí corriendo y fui a calmarla.
-Vane... sacame de aqui por favor...- cada vez la costaba mas respirar, su pecho subía y bajaba con mucha fuerza.
-Vale a ver, Malú respira.- me hizo caso.- Ahora tu y yo, vamos a coger ropa, y nos vamos a ir a pasar unos días a Tenerife, a casa de unos amigos, hasta que todo esto pase... Venga calmate...
-Abrazame por favor...- lo hice, y parecía que su respiración cada vez iba mas pausada. La acariciaba con mucho cuidado su pelo, y la susurraba al oído.
-Venga, vamonos...- me beso, ya echaba de menos sus labios.
NARRA MALU.
Vanesa hizo la maleta con ropa suya, para las dos, y yo mientras hablaba con gente informándoles de que no iba a estar en unos días por España, que no me intentaran localizar. Mi familia no hacia mas que preguntarme que que eran esas imágenes que habían salido en la televasion, a lo que yo no contestaba, no me apetecía hacerlo ahora, ya lo haría a la vuelta. Preferimos ir en barco, tardaríamos mas de un día, así que tendríamos que pasar la noche en el.
Vanesa bajo con todas las maletas echas.
-Ya he hablado con mis amigos, nos dejan la casa sin problema, tengo una copia de sus llaves, así que ya podemos irnos.- me dijo con una sonrisa en la cara.
-Perfecto, yo he sacado los billetes del barco para dentro de dos horas, nos da tiempos llegar.- le dije, y me acerque a ella para darle un beso.
-Quiero que estos dias no pensemos en nada ni en nadie, solo existimos tu y yo...- me abrazo por la cintura.
-No tengo ningún problema con eso...- la volví a besar, últimamente me estaba volviendo adicta a sus besos, bueno adicta a ella en general.
Metimos todas las cosas en el coche de Vane, y pusimos rumbo al puerto donde cogeríamos el barco. Vanesa se estaba portando súper bien conmigo, no me conocía casi nada, y sin embargo, sabia que me quería, y también sabia que yo la quería a ella. Sabia que la amaba, mejor dicho, al menos, eso era lo que me día mi corazón.
Llegamos al barco, ya habia ido en un barco de este tamaño, en varios cruceros, pero aun así, ver barcos tan grandes me seguía impresionando. Aun quedaba media hora para que el barco zarpara, pero Vane y yo entramos para ir dejando las cosas.
-Cama...- me deje caer sobre el colchón de nuestro camarote, tenia sueño, por increíble que pareciese.
-Que vaga eres Malú...- se puso a colocar todo ya que yo no estaba por la labor de hacerlo.
-Es culpa tuya...- la dije con una mirada insinuante, me refería a lo de esta mañana.
-Pues ve cogiendo energias... esta noche eres mía...- me mordió el labio, mi temperatura corporal subió tanto que ya no podía pensar en otra cosa que no fuera hacerla mía de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario