martes, 20 de enero de 2015

CAPÍTULO 13: Te amo.

NARRA VANESA.

La tenia tumbada con la mitad del cuerpo sobre el mio, sentia latir su corazon, ese que todos los días me daba vida. Acariciaba su espalda desnuda de arriba abajo, ninguna de las dos hablábamos, no era necesario. Acabábamos de hacer el amor una vez más, y eso era algo sin lo que ya no podía vivir, sin su cuerpo, sin ella. Pero había algo de lo que teníamos que hablar.

-Malú, explícame lo de esta mañana anda.- no quería decirle que ya había visto las fotos, prefería que me lo dijera ella.

Se incorporó un poco, mirándome a los ojos, con el pelo enredado por su preciosa cara... Con cuidado le fui quitando el pelo de la cara, dejando suaves caricias por sus mejillas, hasta que pude ver esa preciosa sonrisa que a veces ocultaba. Se sentó en el sofá, y mis ojos la recorrieron de arriba abajo.

-Tápate por dios...- me puse un cojín en la cara y Malú fue corriendo a ponerse una camiseta riéndose, sabiendo que me mataba verla así.

-A ver... ¿Te acuerdas de Miguel?- simplemente asentí con la cabeza- pues no hizo más fotos de las que salieron a la vista.

Se estiró hasta la mesilla, cogiendo su iphone y buscando hasta que me enseño la pantalla. Volví a ver las fotos que había visto esta mañana, pero esta vez con la cara interrogante de Malú al lado mía, esperaba una respuesta por mi parte.

-¿Y que va a pasar con estas fotos?- la dije intentado parecer sorprendida.

-Se van a publicar, Rosa no ha podido hacer nada...- miro hacia otro lado, temia mi respuesta.

-Malú mírame...- seguían esquivando mi mirada, creo que estaba llorando.

-Vanesa... Me da mucho miedo esto. Me da miedo perderte por estas fotos.- sí, estaba llorando y yo no pude hacer otra cosa más que abrazarla.

-Nunca me vas a perder Malú.- la aparte de mi, y cogí su cara con mis manos. Fui dejando besos por su cara, quitando sus lágrimas.

-¿No te da miedo que la gente sepa lo nuestro?- me pregunto con una tímida sonrisa.

-Hace tiempo que no le tengo miedo a nada... Siempre y cuando sea contigo claro. Has echo que se me olvide hasta la razón de mi vida antes de conocerte. Me has robado cada trocito de mi cuerpo, Malú. Soy tuya completamente, y nunca podré evitar amarte más que a mi propia vida. Y unas fotos no van a hacer que me separe de ti.- ahora estaba llorando yo.

-Vanesa... Me he enamorado de ti, como nunca crei que podría enamorarme de nadie.- sabía que para Malú no era muy fácil expresar sus sentimientos, ese fue un paso muy grande para ella.

No creo que pudiera responderla con palabras, así que lo hice con hechos. La bese, pero no con la pasión que caracterizaba nuestros besos, sí no con amor. Demostrando que no nos pertenecíamos a nosotras mismas. Que éramos la una para la otra. Y que esto no lo podrían romper, era eterno.

-¿Y que pretender hacerle a Pablo?- puse una sonrisa picara, todavía me acordaba de su frase tan amenazante de esta mañana.

-No se todavía... Pero se que de alguna forma me va a pagar todo el daño que me ha echo- se escondió en mi cuello, y me abrazo. Me encantaba cuando se ponía como una niña pequeña.

-Gorda...- la di un beso en el hombro.

-Dime...- se estaba quedando dormida otra vez.

-Ah no no, despierta. Que te vuelves a dormir. Y son las tres de la tarde Malú, tenemos que comer...- intenté levantarme del sofá y tiro de mi cuerpo hacia ella.

Me empezó a besar con mucha fuerza, parecía que de repente se hubiera despertado del todo.

-Malú, para. Tienes que comer algo...- no habíamos desayunado, y ya había hambre.

-Eso estoy haciendo...- volvió a mi boca con más fuerza todavía.

-Malú, reservate para el postre, primero la comida...- intente volver a levantarme, pero me empujo, y caí en el sofá de nuevo con ella encima.

-A mi es que me gusta comerme antes el postre que la comida...- empezó a morder mi cuello, todavía mi resistía un poco, pero mis manos empezaron a ir por libre acariciando su cuerpo sin descanso.

-Malú... Llevamos sin parar de follar días...- parecía que estábamos en celo o algo, fuera de coña.

-Es que me pones demasiado Vane...- me quitó la manta de encima, dejándome desnuda totalmente.

-Quieta.- se paró, y le quite yo también la camiseta que llevaba como única prenda.- Eres preciosa.

La tenía desnuda completamente, encima mía. Mirándome con una mezcla de amor y deseo. Porque así era ella. Una fusión perfecta de todo lo que podía tener una mujer. Era la persona más perfecta que había conocido en mi vida.

Bajo su cabeza hasta mi cuello, y siguió besándome. Yo acariciaba sus muslos, en lo que ella seguía bajando hasta mis pechos. Que beso y mordió sin piedad, le gustaba hacerlo. Me tenía completamente a su merced.

-Malú, abre las piernas...- le susurre en el oído en lo que ella seguía entretenida con mis pechos.

-Espera...- llevo su mano a mi entrepierna y abrió sus piernas dejándome vía libre para darla placer.

Estábamos las dos ahogando los gemidos en la boca de la otra. Me estaba volviendo loca. Movía las caderas en busca de tener mayor contacto con mis dedos, al igual que yo. Estaba aguantando un poco, quería que no corriéramos a la vez...

-Malú venga... No puedo más.- metía y sacaba mis dedos en ella con mucha más fuerza.

-Córrete, cuando lo oiga me iré yo... Gime.- me puse a gemir más fuerte, y ella mordía mi cuello con fuerza. La ponía mucho que gritará.

-Me voy...- dijimos a la vez, pero antes de dejarnos llevar hasta el cielo cada una en manos de la otra, dos palabras recorrieron cada centímetro de la habitación por parte de nuestras bocas.

'Te amo.'

viernes, 16 de enero de 2015

CAPITULO 12: A prueba de ti.

NARRA VANESA.

Tengo que reconocer que las palabras de Malú me asustaron bastante, ¿que pretendía hacer?

-No te asustes Vanesa, no le voy a poner una bomba en el coche ni nada parecido. Sólo voy a hacer que a partir de ahora, toda su vida, sea un infierno...- se levantó de la cama y se fue al baño.

Genial, tengo una novia que estaba loca, y que no había dicho al final que la había puesto tan nerviosa. Mire su móvil, tenía la pantalla iluminada. Rosa la estaba enviando muchas fotos, oí el agua de la ducha, perfecto, tenía tiempo.
Abrí su móvil y me metí en la aplicación, para poder ver las fotos. Éramos Malú y yo, el día del barco, pero estas fotos eran diferentes a las que ya habían salido a la luz.

-Así que era esto...- pensaba en voz alta. Las fotos eran realmente preciosas, se la veía encima de mis piernas, besándome, las dos abrazadas en el sofá, o sonriendo a centímetros de mi boca.

-¡Vanesa!- oí su voz desde el baño, y rápidamente bloquee el móvil y lo deje donde se encontraba, me iba a hacer la loca.

-Dime gorda.- la conteste acercándome a la puerta.

-Me he dejado la toalla fuera, dámela anda...- puso voz de niña pequeña, me lo como, Socorro.

Me di la vuelta y ahí estaba, su toalla y su ropa interior, cogí las dos cosas y las lleve al baño. Al abrir la puerta, me la encontré desnuda en mitad de la habitación, sonriendo con intenciones más que claras.

-Aquí tienes.- se lo cedí, y antes de que me fuera me cogió del pantalón pegandome a ella.

-Cariño me estas mojando...- tenía el pelo y todo el cuerpo empapado.

-Y tu a mi...- llevo dos dedos a su sexo, los introdució, poniéndome mala, y segundos después los sacó. Estaban mojados.- ¿Ves?

-Bésame.- necesitaba sentir sus labios de nuevo, me hizo caso, pero no me besó, me comió la boca, cosa que hizo que mi temperatura subiera aún más.

-¿Dónde quieres hacerlo hoy?- la dije cogiéndola del culo y enganchando sus piernas a mi cintura.

-En la cocina, nunca lo he echo ahí...- me apretó los pechos e hizo fuerza con sus caderas hacia las mías, me estaba volviendo loca.

La lleve a la cocina en lo que ella mordía sin descanso mi cuello, mi orejas, y de vez en cuando mi cara. La senté en la encimera y me dedique a observar su cuerpo.

-Tocate.- fue una orden por mi parte.

-Quiero que lo hagas tu...- me dijo mordiéndose el labio.

-Me pone ver como te masturbas...- se empezó a tocar, los pechos y su sexo, en lo que yo me iba quitando la camiseta y los pantalones.

Me quede en ropa interior delante suyo, y ella cada vez se tocaba más fuerte, y se empezó a meter dedos. Me quite el sujetador muy lentamente, haciendo que se desesperara.

-Joder Vanesa... Que cachonda me pones...- dijo observando mi cuerpo una vez que me quite el tanga.

-¿Cómo de cachonda te pongo?- la dije siguiéndola el juego.

-Como para follarte aquí mismo.- saco sus dedos de su intimidad, me cogió de un brazo y me apretó a ella, que seguía sentada encima de aquella encimera.

-Méteme los dedos hasta el fondo...- le dije en su oído.

-Quiero comértelo...- me mordía los pezones, en lo que mi mano jugaba en su sexo y la mía en el suyo.

-Córrete Malú...- la susurraba al oído en lo que el ritmo de mi mano subía.

-Vanesa... Me voy a correr ya... Me duele...- sus gemidos eran insostenibles, era tanto el placer que hasta dolía... Saque mis dedos de golpe, y puse mi boca en su sexo, y pasó. Se corrió en mi boca, que se empapo de ella.

-Que polvazo dios...- dijo bajandose del mueble aún con poca estabilidad en las piernas.

-Tienes el cuerpo del delito amor...- la dije mirando su culo.

-Soy toda, entera y tuya.- me dijo empujandome hasta que quede sentada en una silla.

-¿No has tenido suficiente?- la dije viendo que se subía en mis piernas.

-Ahora me toca a mi...- y con esa frase, volvió a empezar una locura, que se prolongo durante toda la mañana.
Pero había algo importante de lo que teníamos que hablar...

domingo, 11 de enero de 2015

CAPÍTULO 11: malas noticias.

Llegamos a Tenerife por fin, era maravilloso, me encantaba esta isla, y por la cara de felicidad de Malú, también. Aquí no nos molestarían hasta que el tema de las fotos se pasará un poco, sabía que a Malú no le gustaba nada que hablarán de su vida privada.

-Gorda, cógeme una maleta...- ella se había puesto a hacer fotos y a mi me había dejado con las dos maletas

-¿Y que me das a cambio?- me dijo acercándose a mi boca.

-Placer...- me mordió el labio dejándome con las ganas y cogió su maleta.

Llegamos a casa de mis amigos, era un chalet en primera línea de playa, con piscina y dos plantas. Era una casa apartada de todo, siempre me había transmitido muchísima paz esté lugar. Entramos y le enseñe a Malú la casa por encima, ya tendría tiempo de verla.

-Te voy a enseñar mi parte de la casa preferida...- dejamos las maletas en medio de la casa y la lleve arriba.

La habitación principal de la casa tenía un jacuzzi en el baño. En el que cabían perfectamente dos personas y que pretendía usar.

-Era esto eh... Estas muy necesitada de sexo Vane...- me dijo antes de besarme.

-Estoy muy necesitada de ti.- la mordi el labio y se le escapó un gemido.

-Vane...- me intento besar de nuevo y la aparte.

-Desnudate.- era un orden, necesitaba ver su cuerpo.

Se quitó la camiseta con mucha lentitud, dejándome ver su perfecto abdomen, y más tarde el sujetador. Se ido la vuelta, dándome la espalda, y se bajó los pantalones y el tanga de golpe, quedándose totalmente desnuda, para pegar su culo a mi, y volverme más loca de lo que estaba por ella.

-Métete aquí conmigo..- me dijo cuando ella ya se había metido en el agua.

-Sus deseos son órdenes para mi, jefa.- me desnude bajo su atenta mirada y me metí en el agua con ella.

Nos mirábamos fijamente, sin decir ni una sola palabra, hasta que decidí que no podía esperar más, y lleve uno de mis pies a su sexo, rozándolo con fuerza.

-Agg...- gimió. Abrió más las piernas, dejándome acariciarla con más soltura.

-¿Te gusta?- la pregunte ahora con mi pie en sus pechos.

Como respuesta, llevo mi pie de nuevo a  su sexo, apretando contra el. Quería más, y pensaba dárselo.
Me móvil hasta quedar sentada encima de ella, con una pierna a cada lado de su cadera. Y me pegue a ella, haciendo que nuestros sexos y nuestros pechos se rozarán.

-Joder... más fuerte.- Malú estaba desatada, agarraba mis nalgas y mordía mis pezones.

-Malú... Me voy a correr...- sentía que iba a explotar en cualquier momento.

-Córrete conmigo..- y eso fue lo que paso, ahogamos un gemido en la boca de la otra, el gemido que indicaba que habíamos alcanzado en cielo con nuestros dedos.

Salimos del jacuzzi, totalmente empapadas, en todos los sentidos. nos pusimos el pijama y nos metimos en la cama. Tenerife nos estaba sentando bien, sin duda, veía a Malú más tranquila y feliz. Esa noche, una vez más, dormimos abrazadas, y creo que era la mejor sensación que había conocido hasta ahora.

NARRA MALÚ.

Me desperté un poco aturdida, ¿había sonado mi móvil? Me gire, soltándome de los brazos de Vanesa y mire la pantalla del móvil, así era, tenía un whatsapp. Era rosa, mi manager.

-Malú, tenemos un problema.- ese era el mensaje. Me levanté corriendo y la conteste a toda prisa, todavía estaba en línea.

-¿Que ha pasado rosa?- la conteste, joder lleva escribiendo media hora...

-A parte de las dos fotos que salieron en la televisión tuyas con Vanesa, hay 23 fotos más, ha venido un amigo mío que es periodista a avisarme. Se te ve besándola, son mucho más comprometidas que las que ya se han visto.- joder...

-Rosa pero sí es amigo tuyo... ¿No? Dile que no pueden poner esas fotos en ninguna revista. Le pago lo que quiera, pero no quiero vivir con fotógrafos en mi puerta. Me he ido a Tenerife para olvidarme de todo, no estoy en Madrid, ni en Málaga. Por favor, haz algo... Ayúdame.- estaba desesperada, no sabía que hacer.

-Malú... No puedo hacer nada. Lo siento.- genial, todo a la mierda. Pablo me las iba a pagar, esto lo hacía para que volviera con el, lo sabía.

-Malú... ¿Qué haces despierta?- Vanesa se sentó a mi lado dándome un beso en la mejilla.

-La hemos cagado...- una lágrima bajó por mi cara, pero no era pena, era rabia, y sed de venganza.

-¿Que pasa?- me dijo preocupada.

-Que ha llegado la hora de que Pablo pague por todo lo que me ha echo, esto se acaba aquí...

viernes, 9 de enero de 2015

FLASHBACK I.

FLASHBACK.

Terminar un concierto y querer comerme el mundo, así me sentía yo ahora mismo. Cada concierto tenía algo especial, no podía negar eso, pero este había tenido algo más, no se porque. La euforia se salía por cada poro de mi piel, y no podía quitar la sonrisa de la cara.
Cogí el coche y volví a casa, eran las dos de la mañana, habíamos estado celebrando un poco después de el concierto y se me había echo un poco tarde. Pablo estaba esperándome en casa, hacia una semana que no nos veíamos y tenía muchísimas ganas de abrazarle de nuevo, era el hombre de mi vida.

Llegue por fin, y metí el coche en el garaje, me baje a toda prisa y me metí en casa, que frío hacia...

-¿Pablo?- fui encendiendo luces a mi paso.

-Aquí.- su voz venía del salón, estaba sentado en el sofá, con la mirada perdida.

-Mi amor...-me senté encima suyo y le besé, el me correspondió el beso, pero con mucha fuerza.

-Malú...- le olí el aliento, había bebido, mucho.

-Joder, estas borracho..- me levanté de encima suyo. Fui a la habitación sin volver a dirigirle la palabra, sabía que odiaba que bebiera, y aún así lo había echo. Me metí en el baño y me puse el pijama. Al salir me encontré a Pablo en la puerta, demasiado cerca. Empezó a besarme con muchísima fuerza.

-Pablo... Para.- no me dejaba ni hablar.

-Malú cada día estas más buena...- metió las manos por debajo de mis pantalones y apretó mi culo con fuerza.

-Para... Estoy muy cansada...- me puso apoyada en la pared y me cogió las muñecas con fuerza, no me dejaba moverme.

-Cuanto más te resistes más cachondo me pones...- me soltó las muñecas para desnudarme, lo hizo sin ningún cuidado, rompiéndole algún botón de la camisa y haciéndome daño varias veces, estaba muy asistada.

-Por favor, para...- estaba al borde del llanto.

Me desnudo del todo sin hacer caso a mis palabras, me cogió en brazos, y me tiro a la cama.

-¡Que me sueltes!- se me tiro encima, quitándose la ropa, me estaba dando mucho asco...

-Shhh, en el fondo estas deseando que te folle, estas igual de cachonda que yo...- se equivocaba, sólo quería huir.

Pablo ya estaba desnudo del todo? Y sabía lo que iba a venir después, se adentró en mi, haciéndome soltar un grito, pero no de placer, de dolor. Me estaba haciendo muchísimo daño, pero parecía darle igual.

-Pablo, me duele...- no podía casi ni hablar.

-¡Cállate coño!- me daba azotes en el culo y en los muslos y me apretaba con fuerza los pechos. Me dolían, también me estaba haciendo daño.

-Para joder, para...- intentaba quitármelo de encima, y lo conseguí, estaba tan borracho que pude conseguir que sacara su miembro de mi, y levantarme, pero no llegue muy lejos. En el comedor me volvió a coger.

-¿Prefieres follar en la mesa? Que juguetona estas Malú...- me sentó en la mesa, volviendo a adentrarse en mi. Me dolía mucho.

-Para joder, me duele...- intenté cerrar las piernas, pero no me dejo, y me las abrió más.

No podía parar de llorar, me estaba haciendo muchísimo daño, no podía más. Siendo muy bestia, y hablando mal, me estaba partiendo la vagina. Y los pechos, no podía más. Y pasó, se corrió. Se separó de mi, y me dejo desnuda, tirada en la mesa.

-Muy bien Malú, así me gusta...- tape mi cara con mis manos, y me abrace a mi misma.

-Pablo, ¿que has echo?- me acababa de violar.

-Follar con mi chica, ¿que pasa? ¿No puedo?- se volvió a acercar a mi, acariciando mi culo, pero me aparte de inmediato, otra vez no.

-No quería Pablo, ¡te lo dije!- empece a llorar desconsoladamente.

-Me importa una mierda lo que quieras, eres mi novia, y sí quiero follar, se folla, ¿estamos?- pegó un golpe a la mesa y me asuste, después de esto me daba miedo decirle cualquier cosa.

-No grites por favor...- me tenía amedentrada, estaba temblando.

-Hoy duermes aquí.- se fue, apagando la luz, y dejándome ahí, desnuda, y llorando.

A partir de ese día le cogí miedo a Pablo, ya no nos queríamos, sólo me quería de cintura para abajo. Era como su puta. Llegaba a casa y sí el quería follar, por mucho que me negara, era como el quisiera, pero ya no me resistía, iba a ser peor. Pero se, que Pablo se llevo una parte de mi, mi ilusión, mi inocencia, mi confianza... Cambio completamente mi forma de ser. Hizo que desconfiara de la gente, que le cogiera asco, que tuviera miedo. Me destrozó la vida, sin más.

CAPÍTULO 10: Toda.

NARRA VANESA

Sabía que con esa frase había dejado a Malú con las ganas, pero no menos de las que tenía yo...
-¿Tiene que ser esta noche?- se echo para atrás en la cama abriendo las piernas.
-Sí.- intenté seguir a lo mío sin hacer mucho caso a sus intentos de provocarme.
-Vane...- la ignoré, pero vi que lanzó sus zapatos, y se quitó sus pantalones, quedándose en tanga.
-Malú, para.- sabía lo que pretendía, calentarme.
Se quitó la camiseta, ahora sí, quedándose en ropa interior completamente. Se acercó a la puerta, poniendo el pestillo. Y después se acerco a mi.
-Follame..- me dijo tocándome con fuerza el culo, y moviendo sus caderas contra las mías... Dios. Vanesa controlate.
-Malú... Deja de provocarme...- se alejó de mi, seguí vaciando la maleta, con un calentón importante, intentando no mirarla demasiado para no caer en ella.

Se volvió a tumbar en la cama, y empece a oír unos gemidos... Dios no. Me di la vuelta, y la vi ahora completamente desnuda sobre la cama, acariciando su sexo con una mano, y sus pechos con la otra. Resoplé. No iba a caer.
-¿Te gusta metértelos eh?- le dije viendo como se complacía a ella misma.
-Me gusta más que me los metas tu...-me dijo con voz sensual, me estaba costando mucho contenerme.
-Dios...- soltó un gemido, y se levantó, sacando sus dedos de su intimidad, chupando uno a uno.
-Malú...- me estaba poniendo mala, vino hacia mi, desnuda, imponente.
-Follame Vanesa...- puso sus manos en mis pechos y apretó. Me quitó la camiseta y el sujetador y empezó a morder mis pezones... No pude resistirme más, ya no.

Hice que abriera sus piernas, estando las dos de pie, y empece a mover dos de mis dedos por su zona, en lo que ella, me bajaba los pantalones y me quitaba el tanga. Ahora estábamos las dos completamente desnudas, tocándonos, en mitad de la habitación.
-Ven aquí.- tiro de mi cuerpo, tumbándome en la cama, y puso una pierna a cada lado de mi cadera, empezó a hacer unos movimientos con la cintura sobre mi cuerpo que me estaban volviendo loca, pero no me dejaba tocarla, me quería hacer sufrir.
-Malú... Deja de hacer eso.- le dije observando su intimidad, húmeda.
-¿Te esta poniendo cachonda eh?- me dijo tocando mis pechos de nuevo.
-Muchísimo... quiero hacer un 69...- dije aparentando su culo hacia mi. Soltó un gemido, y se dio la vuelta, poniendo su sexo sobre mi boca. Y bajando ella para comerme el mío.
Empece a morder su clítoris, notaba como temblaba debajo de mi lengua.
-Dios Vanesa...- dijo apartando su cabeza de mi sexo para soltar un grito.
-¿Te gusta?- la dije metiendo un dedo en su cuerpo, en lo que seguía mordiendo su parte sensible.
-Dios no pares...- movía sus caderas sobre mi boca.
-Córrete Malú...- la apreté los pechos todo lo que nuestra postura me dejaba, ella ya no podía más.
-Vanesa, me voy...- se encorvó y con un último gemido me indico que ya se había ido, que había llegado hasta las estrellas. Y yo, al oirla, me fui con ella.
Se tumbó a mi lado, aún con la respiración muy agitada.
-Joder que polvazo... ¿Cómo he podido vivir sin esto tanto tiempo?- dijo con una risita nerviosa.
Yo sólo la abrace con fuerza contra mi.
-Te amo...- me dijo.
-Yo más...- la di un dulce beso, y así, nos quedamos dormidas.

CAPITULO 9. Vacaciones improvisadas.

NARRA VANESA.

-Esta bien, cuéntame que es eso que tanto te preocupa...- se incorporo y se quedo sentada en el sofa, mi mirada la recorrió de arriba abajo, seguía desnuda.
-Malú... yo creo que deberías taparte un poco...-le dije mientras mis ojos se comían su cuerpo.
-Creia que te gustaba verme así...- se acerco peligrosamente a mi cuello.
-Malú, que no me dejas concentrarme, y luego no te cuento nada...-seguia a lo suyo y tuve que apartarla un poco de mi cuerpo.- Estate quieta.
-Ay jo...- se aparto de mi, y cogio un cojin para taparse un poco, se ve que no la apetecía ponerse la ropa todavía.
-Bueno a lo que iba, ayer volví al puerto a ver si veia a Miguel...- vi que la cara le cambiaba, ya no estaba tan alegre como hace unos segundos.
-Continua...-me dijo agachando la mirada.
-Le vi allí, con un hombre al que no conocía... Le estaba dando un sobre con dinero...- Malú me miro asustada.
-Sera cabron...- estampo el cojin contra el suelo, soltando toda la rabia que tenia dentro.
-Les hice una foto sin que me vieran... a lo mejor tu sabes quien es...- fui a por mi movil, y me volví a sentar en el sofa, buscando la foto, la encontré.

Malú me cogio el movil de las manos, una lagrima salió de sus ojos.
-El que le esta dando el dinero es pablo...- empezó a llorar de nuevo.
-Malú calmate por favor...- la dije abrazando con fuerza su cuerpo.
-No. No puedo, Pablo esta aquí... esta en málaga...- empezó a respirar con mucha fuerza, le costaba hacerlo.
-Malú tumbate... -me hizo caso y se echo para atrás, yo me vestí corriendo y fui a calmarla.
-Vane... sacame de aqui por favor...- cada vez la costaba mas respirar, su pecho subía y bajaba con mucha fuerza.
-Vale a ver, Malú respira.- me hizo caso.- Ahora tu y yo, vamos a coger ropa, y nos vamos a ir a pasar unos días a Tenerife, a casa de unos amigos, hasta que todo esto pase... Venga calmate...
-Abrazame por favor...- lo hice, y parecía que su respiración cada vez iba mas pausada. La acariciaba con mucho cuidado su pelo, y la susurraba al oído.
-Venga, vamonos...- me beso, ya echaba de menos sus labios.

NARRA MALU.

Vanesa hizo la maleta con ropa suya, para las dos, y yo mientras hablaba con gente informándoles de que no iba a estar en unos días por España, que no me intentaran localizar. Mi familia no hacia mas que preguntarme que que eran esas imágenes que habían salido en la televasion, a lo que yo no contestaba, no me apetecía hacerlo ahora, ya lo haría a la vuelta. Preferimos ir en barco, tardaríamos mas de un día, así que tendríamos que pasar la noche en el.
Vanesa bajo con todas las maletas echas.
-Ya he hablado con mis amigos, nos dejan la casa sin problema, tengo una copia de sus llaves, así que ya podemos irnos.- me dijo con una sonrisa en la cara.
-Perfecto, yo he sacado los billetes del barco para dentro de dos horas, nos da tiempos llegar.- le dije, y me acerque a ella para darle un beso.
-Quiero que estos dias no pensemos en nada ni en nadie, solo existimos tu y yo...- me abrazo por la cintura.
-No tengo ningún problema con eso...- la volví a besar, últimamente me estaba volviendo adicta a sus besos, bueno adicta a ella en general.

Metimos todas las cosas en el coche de Vane, y pusimos rumbo al puerto donde cogeríamos el barco. Vanesa se estaba portando súper bien conmigo, no me conocía casi nada,  y sin embargo, sabia que me quería, y también sabia que yo la quería a ella. Sabia que la amaba, mejor dicho, al menos, eso era lo que me día mi corazón.

Llegamos al barco, ya habia ido en un barco de este tamaño, en varios cruceros, pero aun así, ver barcos tan grandes me seguía impresionando. Aun quedaba media hora para que el barco zarpara, pero Vane y yo entramos para ir dejando las cosas.
-Cama...- me deje caer sobre el colchón de nuestro camarote, tenia sueño, por increíble que pareciese.
-Que vaga eres Malú...- se puso a colocar todo ya que yo no estaba por la labor de hacerlo.
-Es culpa tuya...- la dije con una mirada insinuante, me refería a lo de esta mañana.
-Pues ve cogiendo energias... esta noche eres mía...- me mordió el labio, mi temperatura corporal subió tanto que ya no podía pensar en otra cosa que no fuera hacerla mía de nuevo.

jueves, 8 de enero de 2015

CAPÍTULO 8: Ven a pervertirme.

Narra Vanesa.

No sabía muy bien que estaba haciendo, ¿que iba a hacer al llegar allí? Ni siquiera yo misma lo sabía. La rabia me consumía por dentro, sólo me movia por impulsos. Iba superando los límites de velocidad por la carretera, ni en eso me estaba fijando, y soy de las que conduce con precaución. Llegue al puerto y aparqué, pero conforme me iba acercando al muelle, pude ver dos figuras a los lejos... Un momento... Ese era Miguel, pero al otro no le reconocía, le estaba dando un sobré con una gran cantidad de dinero...

-Será carbón...- dije susurrando para mi misma, escondiéndome detrás de una columna que había allí.

Saqué mi móvil con prisa, y pude ver que tenía varias llamadas perdidas de Malú, dios, la había dejado sola... Luego la llamaría, antes tenía que inmortalizar esto, me puse a hacer varias fotos a Miguel y al hombre que no conseguía adivinar quien era, a lo mejor mi novia lo sabía... Mi novia... Que raro me sonaba decir eso...

Sin que se dieran cuenta, volví sobre mis pasos, me metí en el coche y arranque a toda prisa, quería llegar lo antes posible a casa para contarle esto a Malú. Al llegar, todo estaba cerrado, no se oía ni un sólo ruido dentro... ¿Se habría ido? Lo dudo, su coche seguía aquí. Entre dentro de la casa, tengo que reconocer que con un poco de miedo... Me la encontré llorando en una esquina, con todo a oscuras.

-¡Malú!- la levanté corriendo del suelo, mirando sí la había pasado algo...- ¿Estas bien?
-No Vanesa joder, no estoy bien- dijo dándome la espalda.
-¿Que te pasa Malú?- vi que su móvil estaba en la otra parte de la habitación, con la pantalla resquebrajada.
Me acerque lentamente, y al cogerlo, había una conversación abierta, con Pablo, como no... Se leía con dificultad, debido al estado de la pantalla, pero pude leer perfectamente la parte donde ponía: se que volverás, yo me encargare de que no te quede otro remedio más que volver a mis brazos, un beso, querida.

Será cabronazo. Me gire y Malú se volvió a tumbar en el suelo, llorando desconsoladamente.
-Malú joder, levántate de ahí, venga, vamos al sofá-la cogí del brazo y tire de ella de nuevo para arriba.
-Nunca me va a dejar ser feliz...-dijo rompiendose de nuevo por dentro. No pude hacer otra cosa más que abrazarla, a lo que ella respondió llorando más fuerte en mi hombro, aferrandose a mi cuerpo.
-Malú no te va a hacer nada, no mientras yo este contigo, ¿vale?- asintió no muy convencida.
-Pero dentro de poco tendremos a todos los paparazzis en la puerta Vanesa... ¿Tu puedes vivir con eso?- me dijo atemorizada por lo que iba a responder.
-Creía que no, pero sí tengo que pasar por eso, por estar a tu lado y protegerte lo haría una y mil veces Malú. Se acercó a mi, se puso un poco de puntillas y me besó, fue un beso cargado de amor y de pasión a partes iguales.
-Te quiero- me dijo separándose de mi boca, yo la conteste con otro beso, y otro, y otro...

Seguimos besándonos hasta que empece a moverme llevándola hacia detrás, dejándola caer en el sofá conmigo encima. Vanesa centrate, que tu tenías que contarle algo... Malú metió sus frías manos por debajo de mi camiseta, y ahí tuve que frenar, porque sabía que sí seguía no iba a poder parar.
-Malú...- no me hizo caso y siguió besándome.
-Necesito hacerte mía Vane..., enséñame como hacerlo- movía sus caderas insinuantes debajo de mi cuerpo.
-Malú que yo te tenía que enseñar una cosa, por favor...- seguía sin hacerme caso.
-¿El que me quieres enseñar?, ¿esto?- dijo levantando mi camiseta.

Vale, que le den por culo a todo, ya se lo contare luego, necesitaba hacerla mía. Al notar que había ganado no pudo evitar soltar un pequeño gemido que hizo que todos mis sentidos se pusieran a funcionar. Empece a besarle el cuello, las clavículas, hasta llegar a su pecho...
-Vane...- me dijo con voz suave.
-¿Que pasa?- la dije preocupada.
-Se que quieres ir lento, pero no te preocupes por mi, puedes hacerme lo que quieras... Enséñame todo lo que sabes...-me dijo con voz sugerente desde abajo. Eso me desató. Era mía.
Baje mi cabeza de nuevo hacia sus pechos y empece a besarlos, a morderlos, a comérmelos por completo, necesitaba hacerlo así, la deseaba tanto... Apretaba sus pechos con rabia, joder como me estaba poniendo... Ella sólo gemía, y enredaba sus manos en mi pelo...
Seguí bajando por su cuerpo, por su vientre... Hasta llegar a la zona sensible de su cuerpo.
-¿Me dejas?- la dije mirándola desde abajo.
-Soy tuya Vane...- me dijo sin abrir los ojos. Hundí mi boca en su intimidad, saboreando su sabor por completo, ahora sí que los gemidos eran insostenibles... Me estaba volviendo loca.  Se sentó en el sofá  por el placer mientras mi boca seguía jugando con su sexo. Apretaba mi culo con fuerza, me estaba poniendo mala con esos ruidos. No se hizo esperar mucho, y volvió a tumbarse en el sofá abandonandose al placer.
Acabó sin respiración .

-Joder Vanesa...- dijo en un gemido, creo que no había oído un sonido mejor que aquel..
-¿Te ha gustado?- dije tumbándome juntó a ella.
-El mejor orgasmo de mi vida...- su mano se dirigió a su propio sexo... ¿Se estaba masturbando delante de mi?
-¿Que haces Malú?- la dije besándola el cuello y quitándome ropa.
-Tocarme, no puedo pensar en lo que acaba de pasar sin hacerlo...- vi que se metía un dedo, dios...
-Déjame que lo haga yo...- la dije metiendo tres dedos en su interior, yo ya estaba desnuda.
-Enséñame a hacerte esto a ti...- me dijo dándome la mano, la cual dirigí a mi sexo.
-Sólo haz lo mismo que te estoy haciendo yo...- empezó a acariciarme, al principio suave, pero en cuento cogió confianza con más fuerza...

Estuvimos así un rato, hasta que Malú paró,.
-Quiero comértelo...- me dijo mordiéndome el labio.
-¿Sí?- la dije  jugando con mis manos en su trasero.
-Ajá- cogió mis manos y las llevo a sus pechos.
-Tumbate...- me hizo caso, y se volvió a tumbar, la tenía desnuda, tocandose, debajo de mi.... Creo que no había mejores vistas.
-Malú deja de  masturbarte por favor...- vi como se empezaba a meter los dedos en su intimidad.
-Es que no puedo más, ven aquí...- la hice caso, yo tampoco podía más.
Puse mi sexo en su boca, y yo baje hasta la suya. Las dos estábamos que no podíamos más así que tardamos bastante poco en abandonarnos al placer...

Me tumbe  junto a ella en el sofá, las dos abrazadas después de hacer el amor...
-No parece que sea la primera vez que lo hagas con una mujer...- la dije  acariciando su espalda
-Te tenía muchas ganas...- me dijo dándome un suave beso.
-Sí nos conocemos desde hace poco, mentirosilla.- le dije haciéndola cosquillas....
-Tienes algo que atrae, no se... Eres como mi droga, y te conozco desde hace muy poco, pero se que no podría vivir más sin tus besos, los necesito...- no se cómo, me acorde de lo que había visto en el puerto, al final no habíamos hablado.

-Malú... Tengo algo que contarte....

martes, 6 de enero de 2015

CAPITULO 7. Traicion.

Mire a Malú con cara de no entender nada, en teoría solo estábamos nosotros 3 en el barco.
-Cielo, no te preocupes, seguro que ha sido Miguel que ha venido a ver si estábamos bien- dijo súper calmada.
-Malú... no me da muy buena espina ese chico- me sincere con ella, creo que era lo mejor.
-Vane gorda, es amigo mío desde hace un montón de tiempo, de verdad no te preocupes...- se acerco a darme un beso y yo volví a oír un ruido extraño, esto empezaba a no gustarme nada.
-Malú...- me aparte de ella, cortando el beso.
-Por favor, calmate, que no pasa nada- me dijo acariciando mi cara.

Se levanto tirando de mi brazo, y me llevo hasta un pequeño camarote, también decorado, y con una mesita preparada para comer en el centro. Desde las ventanas de aquel lugar se podía ver el mar, ya estábamos bastante lejos de la costa.
-A comer..- me dijo ella señalándome mi silla.
-Como usted mande jefa.- me senté en mi silla, y la vi irse dando saltitos, se la veia ilusionada y a mi no podía matarme mas verla así de feliz.
-Ya estoy.- llevaba dos platos en sus manos, y tenia muy buena pinta.
-Joder... que buen partido me he echado, si cocina y todo.- la dije haciéndome la divertida.
-Calla idiota, y come.- me dio una pequeña patada por debajo de la mesa, siempre pegando.

La verdad es que la comida estuvo bastante rica, pero habíamos comido demasiado. No podía ni levantarme de mi sitio, y creo que ella tampoco...
-Malú cariño...- me miro interrogante.- Llama a una grua para que me lleve a casa...- ella reía, apenas con fuerzas, al parecer también habia comido demasiado.
Con un esfuerzo sobrehumano, conseguimos llegar hasta el sofa. Me tumbo, y Malú se me tumba encima, acurrucandose en el hueco entre mi cuello y mi hombro, por debajo de mi pelo. Creo que no habia mejor sensación, que tenerla así, entre mis brazos.
-Malú...- saco su cabeza de mi pelo haciendo un ruido muy gracioso, y no pude evitar darle un beso en la punta de la nariz.
-Uy, que guapa estas desde aqui.- me dijo desde mi hombro.
-Como siempre, perdona que te diga- vale Vanesa, ya paso.
-JAJAJAJAJA, creida..- me dio un beso en los labios, pero cada vez subía mas y mas la intensidad, y con ello la temperatura de mi cuerpo..
-Malú... no vayas por ahí o no podré controlarme mucho mas...- dije bajando mis manos por su espalda, y mas alla...
-Me da que me vas a tener que enseñar...- dijo con un poco de vergüenza.
-Lo hare, no te preocupes, vas a ser mi aprendiz...- me pego un pequeño golpe en la pierna, típico.- Pero en casa, aquí no.- seguía preocupada por los ruidos que habia oído antes, todavía estaba un poco inquieta.

Malú se quedo dormida encima mía, y yo solo me dedicaba a observarla y a pensar, a pensar como en tan poco tiempo, habia conseguido volverme loca, bueno, un poco mas loca de lo que ya estaba antes de conocerla.. Su sonrisa me hacia perder la cabeza, sus ojos la cordura, y su cuerpo... la poca razón que me quedaba. Sabia que ella tenia algo especial dentro, algo que no dejaba ver, pero cuando tenias la suerte de hacerlo, hacia que te enamoraras completamente de ella. Malú era como un imán, atrae.
Pensando en mis cosas volví a oír otro ruido, vale, esto ya no me gustaba nada... Mire la hora y eran ya las 6 de la tarde, a lo tonto se nos habia pasado volando el tiempo, ya era hora de despertar a Malú.
-Cariño...- empece a dejar suaves besos por sus mejillas...
-5 minutos mas...- que vaga era cuando quería.
-Va cielo, vamos a volver a casa anda, que se nos esta haciendo tarde...- le dije incorporando su cuerpo un poco.
-Joder, ya no puede una ni dormir tranquila.- dijo desperezandose, la verdad es que estaba muy graciosa con esa cara de zombie, y sin saber andar en linea recta.

Fuimos al mando de control, donde estaba Miguel, para informarle de que queríamos volver a casa ya, que teníamos que hacer unas cuentas cosas. Al salir de aquella habitación, un escalofrío recorrió mi cuerpo de arriba abajo, algo no iba bien, lo sabia. Tenia ese sexto sentido.
Cuando llegamos al puerto desembarcamos, a Malú se la veia pletórica, que pena que no pudiera decir lo mismo, me habia encantado la sorpresa, me enamoraba esta vena romántica que le salía de repente, pero aun estaba un poco agobiada por aquel chico, sabia que no era trigo limpio.

Llegamos a casa y Malú se empeño en hacer la cena, y yo pues no iba a negarme, se ve que hoy tenia el día bueno. Me quite las zapatillas, me tumbe en el sofa, y me puse un poco a ver twitter con la tele encendida, a ver si nos enterábamos de algo de las noticias de este país...
-Tenemos ultimas noticias de la cantante de moda de nuestro país, al parecer la madrileña, se encuentra de vacaciones en Malaga y muy bien acompañada...- Malú salió corriendo de la cocina.
Las dos nos quedamos de piedra viendo imagenes nuestras en la pantalla, de hoy, del barco. Lo sabia... Miguel. Pero esto no se iba a quedar así. Me volví a poner las zapatillas, cogí el abrigo y las llaves y sali de casa, oía a lo lejos los gritos de Malú, pero me daba igual, nadie se ríe en mi cara y se va de rositas...

domingo, 4 de enero de 2015

CAPITULO 6. La sorpresa.

NARRA MALU.
Me desperte en la misma posición en la que me dormí, abrazada a ella, con medio cuerpo encima del suyo, creo que no habia mejor despertar que ese.
Tenia que agradecerle a Vanesa todo lo que habia echo por mi, así que me dispuse a preparar el desayuno, intentando no hacer mucho ruido, y se me ocurrió prepararle una sorpresa... Ojala le guste...

NARRA VANESA.

Me desperte y me incorpore lentamente... Me fui despejando y cai en la cuenta de que Malú no estaba a mi lado... Me levante y me puse a dar vueltas por el salón, hasta que vi una pequeña hoja de papel blanca, doblada por la mitad. Me acerque y la desdoble.
-Buenos dias Vanesa, supongo que te habrás levantado con hambre. Tienes una pequeña sorpresita en la casa, pero tendras que buscarla. Pista 1.

Esta mujer estaba loca. Relei la carta unas cuantas veces, hasta que me di cuenta, supongo que te habrás levantado con hambre... ahí estaba la clave. Me dirigí a la cocina y habia una bandeja enorme, con todo tipo de comida. No habia descubierto esta faceta de Malú tan atenta, y me encantaba. Debajo del cafe, habia otra pequeña nota blanca.
-No creo que te apetezca salir con esos pelos a la calle, péinate. Pista 2.
Me comi todo a la velocidad de la luz, y me dirigí a mi próximo destino de la casa.

Me iba riendo yo sola en lo que subía las escaleras en dirección al baño. Al llegar, abri el armario donde se encontraba el peine, y enroscado en el habia otra pequeña notita. Esta mujer no dejaba de sorprenderme. Arregle un poco mi pelo, porque si, parecía que me habia metido en una pelea, madre mía que pelos. Abri la nota y empece a leer de nuevo, me estaba desesperando.
-No te preocupes, que esto se acaba ya, impaciente.Voy a ser directa, se que te estas volviendo loca, vistete y ve al coche.

Me dirigi a la habitacion, y encima de la cama habia un vestido blanco, no iba mucho con mi estilo, pero la verdad es que me encantaba y si lo habia elegido Malú aun mas. Me vestí rápidamente y baje las escaleras. Conforme me iba acercando al coche, venia mas reluciente la sonrisa de Malú. Me metí en el coche y se lanzo a mis brazos, que cariñosa se habia levantado hoy.
-Veo que te has levantado pronto hoy eh...- le dije riéndome.
-Pues si, ademas me apetecía darte una sorpresa...- parecía una niña pequeña, se la veia muy ilusionada.
-Miedo me das...- a saber la que me habia montado esta muchacha.
-Te va a encantar, hazme caso.

No dije nada mas, solo vi como arrancaba el coche, se ponía las gafas de sol, y conducía. No tenia ni idea de adonde íbamos, y tampoco me moleste en preguntar porque se que no me lo iba a decir. Nos íbamos acercando al puerto, habia mucha gente paseando por ahí a estas horas. Aparco el coche, y estiro su cuerpo hacia atrás por el agujero que habia entre los dos asientos de adelante del coche.
-Ponte esto- me dijo dándome un pañuelo.
-Lula no pienso ponerme eso..- la dije asqueada.
-No era una pregunta- antes de que pudiera si quiera quejarme ya me lo habia puesto ella, caprichosa.

Salio del coche y se fue a mi lado, para ayudarme a salir, y a caminar sin que me chocara con nada. Oia el mar cerca.
-Malú...- me pare un poco.
-Venga gorda que ya queda poco...- me dijo tirando de mi.
-Vale...- accedi.
-Ya estamos- dijo dos minutos después.
Me quito la venda de los ojos y delante de mi habia un barco, bastante grande la verdad.
-Es de unos amigos, tranquila que no lo he robado...- me reí ante su ocurrencia- Vamos a pasar el día entero por el mar, las dos juntas...
-Eres increíble...- la dije emocionada, habia echo todo esto por mi...
-Tu si que eres increíble...- me dijo dándome un suave beso, no sin antes comprobar que no nos veia nadie.

Entramos dentro y me quede muda, todo estaba decorado con pétalos de rosa y velas...
-Malú no he dormido tanto, es imposible que te haya dado tiempo a hacer todo esto..- dije aun impactada por la situación.
-He tenido una gran ayuda...- del control de mandos salió un hombre rubio de ojos claros- Te presento a Miguel, es amigo mío, le conozco de prácticamente toda la vida, es de confianza.
-Encantado- me dijo acercandose a darme dos besos.
-Igualmente- no me gustaba nada ese hombre, no se porque, a lo mejor me estoy volviendo loca.
-El se va a encargar de llevar el barco, ya que creo que ninguna de las dos sabe hacerlo...- ella seguía explicando, y yo seguía mirando de arriba abajo a ese hombre que tan poco me gustaba.
-Bueno, yo voy a arrancar ya. Malú, cualquier cosa que necesitéis, estoy abajo- Malú asintió, y el se fue, por fin.

Malú me fue enseñando todo el barco, era precioso, y todo estaba montado expresamente para la ocasión.
-Toma, ponte esto- me dijo dándome un bikini.
Ella ya llevaba uno puesto, así que accedí, me cambie y volví a subir a la parte exterior del barco. Al salir me encontré a Malú tumbada en una amaca, con el mar de fondo, tomando el sol. Era preciosa.
-Ven aqui...- me dijo sin girarse ni un centímetro, me habia oído al parecer.
Me tumbe con ella a tomar el sol, estaba en la gloria, no podía pedir mas...

Pero algo hizo que las dos nos sobresaltáramos, un pequeño ruido procedente de las escaleras que llevaban hasta aquí.. Que cojones habia sido eso...

CAPITULO 5. Nueva vida.

NARRA MALU.

Cuando Vanesa me dijo que quería que me fuera a vivir con ella me pareció una completa tontería, y una locura a partes iguales. Pero... tenia razón, yo no podía seguir viviendo con Pablo, me estaba consumiendo por dentro, me quitaba las ganas de todo, y ya esta bien, yo no puedo estar sometida a alguien de esta forma. Ademas, Vanesa me encantaba, y pensaba intentar algo con ella, por muy dificil que fuera, sabia que ella valía la pena.

Cogimos el coche y pusimos rumbo a mi casa, vivia a las afueras y el hotel estaba en el centro, el viaje era largo...
-Vane gorda, pon la radio- le dije con cara de pena.
Ella solo sonrio y puso cadena dial, perfecto, así podía cantar sin inventarme casi toda la canción en ingles. Me pase todo el camino cantando, estaba feliz. Vanesa solo me miraba, creo que no conocía a la Malú loca que llevo dentro.

Llegamos a mi casa y toda la felicidad que llevaba encima se fue de un plumazo, el coche de Pablo estaba ahí.
-Malú, puedo entrar contigo si quieres...- me dijo viendo la cara de miedo que se me habia quedado.
-No Vane... no te preocupes, puedo hacerlo yo sola.- no quería meterla en esto.
Me arme de valor, y saque las llaves del bolso. Cuando meti la llave en la cerradura oi los ladridos de mis tres perras, genial, ahora todo el barrio se ha enterado de que he vuelto a casa.
Al entrar lo primero que hice fue agacharme a saludar a Danka, a Lola y a Rumba. Mis niñas.

Subi a la planta de arriba y escuche unos golpes, seria Pablo...
-Coño, si la reina se ha acordado de que vive aquí...- me dijo acercandose por detrás.
-Pablo, déjame en paz, me voy de aquí.- dije sacando de golpe toda la ropa de mi armario.
-Tu no te vas a ningún sitio.- me dijo empujandome, haciendo chocar mi espalda contra la puerta, joder que dolor.
-Estoy harta, me da igual lo que me digas.-me incorpore del todo, intentando que no se me notara el daño que me habia echo.
-Que ilusa has sido siempre Lula...- me dijo abrazando mi cadera por detrás. Yo seguí metiendo ropa en la maleta, ignorándole.
-Suelta- dije pegándole un codazo.
-Cuanto mas te resistes mas me gustas...- me dio la vuelta, cogiendo mis muñecas.
-Pablo déjame irme...- le dije a punto de llorar.
-No te vas a ir a ningún lado, eres mía- empezó a besarme, tenia mas fuerza que yo, y aunque intentara apartarme, no podía.
La ventana estaba abierta, así que recurrí a lo único que me quedaba, gritar.
-Vanesa- grite desde la habitacion.
-Callate- me tiro a la cama, y siguio besandome.
Oi unos pasos por las escaleras, perfecto, me deje la puerta abierta, estoy salvada.

-Sueltala cabronazo- Vanesa me quito a Pablo de encima.
-No te metas- la dijo con una mirada amenazante, yo me levante corriendo de la cama.
-Vete de aqui, Malú se viene conmigo.- Pablo se rindio, y elevo sus manos en señal de ello.
-Esta bien, vosotras ganais esta vez, pero esto no se queda así- me dijo apuntandome con un dedo, y se fue.

Vanesa me abrazo, me abrazo muy fuerte, era lo que necesitaba en este momento.
-Venga Malú, vamos a recoger todo y vamonos de aqui- asentí con la cabeza, y seguí recogiendo.
Me lleve toda mi ropa, mis joyas, mis discos... todo lo que era mío de esa casa. Lo íbamos metiendo todo en el coche, incluidas mis perras y mi gato...
-Vane, espero que los animales no te molesten.- tenia un zoo bastante importante.
-No te preocupes, a mi también me encantan los animales.- me dijo dándome un beso en la frente.
Creo que íbamos demasiado rapido, joder, es que realmente la conocí ayer. Y ya me estoy yendo a vivir con ella... aunque no es que tuviera muchas opciones en este momento.

Después de recoger todo, nos metimos en el coche, y pasamos por el hotel, para que Vanesa hiciera lo mismo con su ropa, y pusimos rumbo a Malaga. Por el camino iba llamando a mis padres, y a mis amigos mas cercanos, para decirles que me iba un tiempo de viaje, que ya les contaría mas cosas en unos días, ahora mismo solo quería desconectar, perderme.
Estabamos haciendo todo demasiado rapido, pero era lo que necesitaba, dejarme llevar de una puta vez, sin pensar tanto.

Casi todo el viaje fuimos con la música puesta, menos en los tramos que la radio perdía la cobertura, y éramos nosotras las que nos poníamos a cantar. Después de 5 horas y media de viaje, llegamos a Malaga, siempre me habia encantado esta ciudad. Vanesa tenia una casa preciosa, y parecía muy acogedora.
-Danka estate quieta.- dije intentando coger a mi perra, que en cuento abrimos la puerta salió corriendo.
-Dejala mujer, a ver si encuentra a mi Pongo- dijo ella súper tranquila.
En lo que yo intentaba coger a Danka, las otras dos perras y hasta el gato salieron corriendo detrás.
-Manada a la fuga.- dijo Vanesa riéndose de mi cara.
-Me rindo, que les den..- dije cogiendo una de mis maletas.

Metimos todas las maletas dentro de la casa, y nos tiramos en el sofa, estábamos agotadas.
-Tengo hambre...- dije con la cabeza boca abajo.
-Yo también...- dijo Vanesa de la misma manera, parecíamos dos niñas de cinco años.
-Haz tu la cena...- me dijo tapandose los ojos.
-Me da pereza...- dije imitando su gesto.
Ninguna de las dos estábamos por la labor de ponernos a cocinar ahora, así que pasamos al plan B, pedimos una pizza, y nos costo bastante decidirnos porque cada una quería ponerle una cosa distinta, la dependienta casi se vuelve loca...
-Caprichosa.- me dijo enfadada, después de que la pizza fuera como yo quería.
-Lo se- dije orgullosa de mi, je.

Nos comimos la pizza en cinco minutos, bueno la devoramos, eso no se podía considerar comer, parecíamos dos perros que no habían comido en una semana.
-Voy a rebentar- dije resoplando.
-No eres la unica...- me dijo tumbandose en el sofa.

Estuvimos viendo una película hasta que Vanesa se quedo dormida, no quise despertarla, así que me tumbe encima suya, abrazándola, le deje un suave beso sobre sus labios, y apoye mi cabeza sobre su hombro. Queria ir despacio con ella, me habia precipitado mucho al principio, pero Vanesa era especial, no sabia que tenia, pero me encantaba. Era demasiado pronto para decir que me habia enamorado de ella, casi no la conocía, pero me sentía segura con ella a mi lado, y si, la quería. Esta era mi nueva vida. A partir de hoy, me habia propuesto ser feliz. Y lo iba a conseguir.

CAPITULO 4. Mi salvación

NARRA VANESA.

Genial, no estaba dormida, y me habia oído, tierra tragame. Pero me había dicho que me quería, eso era bueno, no entiendo el porque de estos nervios que se habían implantado en mi cuerpo...
-Vanesa..- oia su voz detrás de mi pelo, pero no quería, o no podía, por falta de valor, darme la vuelta.
Se incorporo, y yo cerré los ojos de inmediato, puso medio cuerpo sobre mi, y se puso a acariciarme el pelo y la cara suavemente.
-Se que estas despierta...- bien, no me quedaba otra, abri los ojos, y ella saco una sonrisa triunfal.
-Malú duérmete, debes estar muy cansada.- le dije apartando la mirada de nuevo de sus castaños ojos.
-Te quiero...- me volvió a repetir cerca de mi oído, joder.
-Malú creo que te estas confundiendo, no me puedes querer, apenas nos conocemos...- dije intentando convencerme a mi misma mas que a ella.
-No me estoy confundiendo, ya se que te acabo de conocer, pero me encantas Vanesa...- se estaba poniendo cada vez mas encima mía, me iba a volver loca.
-Malú, no quiero ser tu paño de lagrimas...- la dije seria, e instantáneamente se aparto de mi cuerpo y se sentó en la cama, permitiéndome observar de nuevo su cuerpo.

Me di la vuelta, intentando ignorarla, pero empece a oir suave gimoteos, mierda. No podia oirla llorar, se me partia el alma, aunque intentara negarlo a mi también me encantaba Malú.
-Lo siento si te ha molestado lo que te he dicho... yo no quería...- me corto.
-Joder Vanesa, no eres mi paño de lagrimas- dijo llorando ahora con mas fuerza- Desde que te vi en Malaga solo pienso en ti, te has apoderado completamente de mi cabeza- yo creo que me estaba poniendo pálida.
-Yo...- intente hablar, pero me volvió a cortar.
-Mira, nunca había sentido nada por una mujer, no te lo voy a negar. Pero tu eres diferente, no se que estas haciendo conmigo Vanesa, pero solo puedo pensar en ti, me has ayudado sin conocerme de nada, y sin hacerme ni una puta pregunta...- yo creo que iba a llorar también.
-Malú te quiero.- la dije sincera, antes de que siguiera hablando.
-No me digas que me quieres por lastima, no te creo Vanesa...- cada vez lloraba mas fuerte.
Y la bese, si, no se porque lo hice, pero me tire a su boca. Al principio se sorprendió un poco, pero cada vez movía su lengua con mas soltura junto a la mía. Estuvimos así unos minutos, hasta que note que sus lagrimas se metian en nuestro beso.
-Ey no llores mas...- la dije apartando su cara de la mía y quitando las lagrimas que todavía salían de sus ojos...
-Vanesa...- no dijo nada mas, solo me abrazo. Y yo la apreté contra mi cuerpo con mas fuerza.
-Gracias- me dijo.
-Ni se te ocurra volver a darme las gracias.- la dije mirándola a los ojos, sonrío y me beso. Que bien sabia...
-Eres lo mas bonito que tengo...- dijo acariciando mi mejilla lentamente, y dejando algún beso por ella.
-Anda duérmete gorda.- la dije tapandola de nuevo, y tumbandome con ella.
Malú se dio la vuelta y se abrazo a mi, pasando su pierna por encima de mi cadera, y así, nos quedamos dormidas.

NARRA MALU.

Me desperte abrazada a Vanesa. Nunca me habian gustado las mujeres, pero ella tenia algo que me volvía loca... Estaba dormida, era preciosa... Me levante para buscar mi movil, seguramente Pablo me estaría llamando. Y asi era, tenia 21 llamadas perdidas suyas, y bastantes whatsapp, de puta madre. Abri el whatsapp...
-Malú ven a casa ya.
-Te estoy esperando.
-Malú son las tres de la mañana, cuando llegues ya tendremos una charla tu y yo...
Todos los mensajes eran así, no sabia que contestarle, no quería hacerlo. Tenia que contarle esto a Vanesa, no podía volver a mi casa, no quería volverle a ver la cara a ese hijo de puta. Note que alguien me abrazaba por la espalda...
-Buenos dias mi amor...- me dijo en mi oído.
-Buenos dias gorda...-me di la vuelta y la bese, pero baje la cabeza para evitar encontrarme con sus ojos y ella lo noto. Cogio mi barbilla, y levanto mi cabeza, obligándome a mirarla.
-Malú...- se que no queria preguntarme que me pasaba, pero ya esta bien, tenia que contarle todo.
-Vanesa, siéntate. Tenemos que hablar...- me puse la camiseta que la noche anterior habia estado abrazando y olía a ella, perfecto, así me sentía mas segura.
-Si no quieres no hace falta que me lo cuentes...- me dijo sincera, viendo que me costaba empezar.
-No... tengo que hacerlo, pero prométeme que no me vas a interrumpir hasta que acabe...- me miro con mucha ternura.
-Te lo prometo, anda ven aquí...- me hizo sentarme sobre sus piernas, abrazandose a mi cintura. Y comencé...

NARRA VANESA.

-Hace 5 años, conocí a Pablo, era vecino mio, nos gustamos y empezamos a salir... hasta ahí todo bien, parecía el hombre perfecto para mi...- ahí entendí porque le molesto mi frase de las apariencias engañan.- Pero... hace unos meses, empezó a salir de copas con sus amigos, yo estaba de gira y casi no nos veíamos, nos distanciamos muchísimo...- se iba quitando las lagrimas que caían de sus ojos.- Un día llegue a casa después de un concierto y... me dijo que quería sexo. Yo estaba muy cansada y no quería, le dije que otro día, pero no quiso escucharme, y me forzo.- Malú se derrumbo y se puso a llorar sobre mi hombro.
-No hace falta que sigas si no quieres...- la dije acariciando sus piernas.
-No... tengo que hacerlo...- cogió aire, y prosiguió- A partir de ese día todo cambio, yo le miraba con miedo, y el solo me miraba como su juguetito sexual, ya no nos queríamos, ni nos queremos. Pero siempre me ha faltado el valor para dejarle... hasta que apareciste tu. Ayer cuando me llamo, estaba borracho, me prometio que iba a venir a buscarme, y luego me dijo que ya era mayorcita, y que me las apañara yo sola... y eso es todo, un resumen de mi asco de vida.- habia sufrido mucho por lo que se ve.
-Malú... no se que decir... ese tío es un hijo de puta- dije elevando la voz.
-Lo se... Solo te he contado esto a ti.- de repente note una responsabilidad enorme, la vi sentada sobre mi, llorando, como una niña pequeña.
-No te voy a dejar sola, no vas a volver a verle la cara a ese cabron, vamos a ir a tu casa, vamos a coger todas tus cosas y te vas a venir a vivir conmigo...- Malú al principio se quedo en shock, pero poco a poco se formo una sonrisa en su cara, y me beso, pero este beso era distinto, se notaba amor en el.
-Gracias.- estábamos haciendo una locura, lo se, pero no me importaba hacerlas, si era con ella a mi lado.
-Vistete, vamos a tu casa- se levanto de un salto y comenzó a vestirse.

No se si todo esto iba a ser bueno para mi. Solo se que me iba a encargar de que Malú volviera a sonreír, y se olvidara de ese cabron, eso si, a mi lado.



sábado, 3 de enero de 2015

CAPITULO 3. Fui a refugiarme.

NARRA MALU.

Tuve que comerme mi orgullo, y aceptar que Vanesa me llevara a casa, ya que no estaba en condiciones de decirla que no. Nos metimos en el coche, y yo lentamente me fui quedando dormida, demasiadas emociones juntas en un solo día.

Cerre los ojos y me venían imágenes a la cabeza, imágenes de Pablo. Pablo era mi novio, desde hace unos 5 años aproximadamente, pero últimamente no es que nos lleváramos muy bien, me obligaba a hacer cosas que no quería hacer, era su esclava sexual, siendo mas directos. Y yo vivía con miedo en el cuerpo.

Las imágenes que pasaban por mi mente eran de la semana pasada, cuando volvió a casa borracho, y con ganas. Porque en cuanto llego lo único que hizo fue decirme que me levantara del sillón, para cogerme en brazos y sentarme en la mesa del comedor, empezando a desnudarme. Yo intentaba quitarme, pero no podía, gritaba, y no me soltaba... me costaba respirar...
De repente note que mi pecho dejaba de tener un peso encima y pegue un grito abriendo los ojos... Respiraba todavía agitadamente, pero de repente vi a Vanesa a mi lado.
-Eh, tranquila que soy yo...- me dijo ella- Ha sido solo un sueño, calmate.- Nunca había estado tan contenta de verla. Mi respiración ya se estaba normalizando.
-Joder... por favor no me lleves a casa- me miro con cara de no entender nada, y yo misma tampoco me entendía, pero sabia que iba a pasar cuando llegara a casa...- Déjame quedarme contigo esta noche.

No dijo nada, simplemente, dio la vuelta, haciéndome caso, sin preguntar nada.No pude evitarlo, y me solte el cinturón para alcanzar su cara y darle un beso suave en su mejilla derecha. Y volvi a mi posición anterior, mirando por la ventanilla... Pensando en todo y en nada a la vez.

NARRA VANESA.

Estabamos llegando ya a mi hotel, y yo de vez en cuenco volvía a mirar a Malú, parecía que ya estaba mucho mas calmada, no quería preguntar nada por no molestarla, pero me moría de la curiosidad.. Bueno, si me lo quiere contar, ya me lo contara ella.

Llegamos y nos bajamos del coche, yendo rapidamente a mi habitación para no llamar mucho la atención, íbamos las dos calladas por los pasillos, como con miedo a romper aquel silencio. Malú llevaba todo el rímel corrido por la cara, me daba mucha ternura verla así. Llegamos a la habitación, y Malú se quedo mirándome, perfecto, se me olvidaba que solo había una cama.
-No te preocupes, yo duermo en el sofa- la dije antes de que dijera algo. Ella solo puso una tímida sonrisa en símbolo de agradecimiento.
-Vane...- me mato llamándome asi..- No tengo pijama...
-Pues... yo solo tengo uno, pero puedes dormir en ropa interior...- me miro con cara de sorpresa.
-No me mires así, no voy a ver nada que no haya visto ya en fotos...- la dije riéndome.
-Eres gilipollas...- me dijo tirándome un cojín- Pero date la vuelta...

La hice caso, me di la vuelta en lo que oía su ropa caer al suelo, y cuando la oi meterse en la cama, me di la vuelta, estaba muy graciosa tapada hasta el cuello. Cogi mi pijama y me fui al baño a cambiarme, me recogí el pelo en un moño y volví a la habitación. Malú había cogido una camiseta mía y me la encontré dormida, abrazada a mi camiseta. Me acerque a la cama y me senté en un lateral, acariciando su pelo. Hizo un gruñidito de placer que me hizo sacar una sonrisa de inmediato. No sabia que estaba haciendo esta mujer conmigo, pero me encantaba.

La di un beso en la frente y me fui al sofa, con una manta. Intentando conciliar el sueño, pero era un poco dificil, era muy pequeño, y se me salían casi todas las piernas por fuera de mi nueva cama. Cuando conseguí dormirme, escuche de nuevo unos gritos y me gire de inmediato.
-Joder Pablo que me sueltes.. Me estas haciendo daño...- estaba teniendo una pesadilla de nuevo con ese tal pablo, parece que las tenia muy a menudo.
Me levante corriendo, cogiéndola por los brazos.
-Malú, despierta, venga- dije susurrandola... y abrió los ojos.
-Vanesa...- dijo llorando.
-Si, venga no llores que no te va a pasar nada- dije acariciando su mejilla.

De un salto, se lanzo a mi cuerpo, abrazandose a mi, llorando en mi hombro. Se había olvidado de que estaba en ropa interior, y se destapo por completo, dejándome vía libre a observar su cuerpo. Era preciosa. Acaricie su espalda desnuda de arriba abajo, estuvimos así un par de minutos, hasta que ella misma se separo de mi, quitándose las lagrimas de su cara.
-Tapate anda, que vas a coger frio- de repente se percato de que no estaba con ropa, y se tapo de inmediato, hasta con un poco de vergüenza y un leve rumor en sus mejillas.
-Joder...- dijo colocandose bien el edredón.
-Venga no te preocupes, si quieres algo despiertame- cuando me iba a levantar de la cama para volver a mi incomodo sofa, me cogió de la mano, incorporandose de nuevo.
-Quedate aqui conmigo...- me dijo como en tono de suplica.
-Esta bien...- me meti en el lado contrario de la cama- Buenas noches Malú.
-Buenas noches Vanesa- me dijo apoyando la cabeza sobre la almohada de nuevo.

No podia conciliar el  sueño, solo podía pensar en ella, en sus ojos, en su boca, en su cuerpo... Creo que me estaba enamorando perdidamente de ella...
Un brazo paso por encima de mi cuerpo y se abrazo a mi, podía sentir su piel con mi piel, me gire un poco y vi que estaba dormida. Me apretó mas contra su cuerpo y soltó un suspiro.
-Te quiero Malú...- dije pensando que ya estaba dormida.
-Y yo Vanesa...- mierda.

CAPITULO 2. Tortura.

Dios... no sabia que hacer. Obviamente no iba a acercarme a ella de buenas con lo mal que me había hablado. Pero también quería hablar con ella, nunca había pensado que Malú era la borde que me mostró ayer que era. Me sumergí en mis pensamientos tanto, que la perdí de vista. La noche iba pasando, y yo no lo volví a ver. Era demasiado extraño todo.

Fui al baño, para refrescarme un poco, en ese sitio hacia un calor infernal. Abri el grifo y deje que el agua fluyera para que se enfriara un poco y me la eche por la nuca. Cerre los ojos, y cuando los abri y mire al espejo, ya no estaba sola.
-Vanesita...- era Malú, detrás mia.
-Hombre, si no has desaparecido, creía que habías huido, como hiciste ayer- golpe bajo Vanesa, vamos bien.
-Yo no huyo de nadie, no te confundas malagueña...- dijo acercandose a mi peligrosamente, no se como pero conseguía ponerme nerviosa solo con su mirada.
-Veo que sabes mucho sobre mi eh.- le dije acercándome a ella de la misma manera, era mas alta que ella.
-Una, que tiene sus contactos- me dijo levantando una ceja lentamente.
-Malú, no juegues con fuego, que te vas a quemar- dije mirando fijamente sus ojos, esta mujer sabia como provocarme.
-Que poco aguante tienes malagueña...- me dijo con una sonrisa picara.
-Digamos que ayer no me lleve una muy bien impresión tuya...- la dije con el mismo tono borde que había usado ella el día anterior.
-Las primeras apariencias engañan...- me dijo con una cara de dolor que no había visto nunca a nadie, creo que este tema la había tocado.
-Malú no queria molestarte diciéndote eso de verdad...- la dije intentando arreglarlo, pero era demasiado tarde. Se fue dejándome con la palabra en la boca de nuevo, y al verla irse, mi mirada fue de ternura. La fiera no era tan fuerte como parecía.

Sali de aquel baño unos segundos mas tarde que ella, tampoco quería montar el espectáculo aquí en medio, y me volví a reunir con mi manager, pero ya no podía quitarle la mirada de encima a Malú, tenia curiosidad por saber que la había pasado para que le sentara tan mal que la dijera que las apariencias engañaban, no creo que fuera por mi, tenia que haber algo mas detrás de esto, pero no quise preguntar, tampoco quería agobiarla, y aunque quisiera no habría podido, ya que se fue del baño como alma que lleva el diablo.

Al rato, nos dijeron que nos teníamos que poner todos juntos para hacernos fotos, perfecto, esta era mi oportunidad. Sin que ella se diera cuenta, me puse al lado de Malú, cuando me vio, me quito la mirada de encima, miraba para adelante con una sonrisa bastante falsa, intentando que mi mirada y la suya no se cruzaran, pero yo al contrario que ella solo podía mirar su preciosa sonrisa.

-Malú...- dije en un susurro intentando que no se me notara mucho, que solo me oyera ella.
-Vanesa, déjame.- me dijo mirando para el otro lado.
-No queria molestarte con mi comentario de antes de verdad.- la dije dandole la mano entre tanta gente, pero me la quito al instante como con vergüenza y yo la mire enternecida.
-No te preocupes, no es culpa tuya, olvidalo.- me dijo intentando no llorar. Y preferí dejar el tema.

El resto de la gala paso con normalidad, pero ya la gente empezaba a irse, todos estábamos muy cansados. Me dirigí al parking después de despedirme de mi manager. Madrid por la noche era bastante mas fresco que Malaga, así que intente llegar deprisa al coche, pero antes de subirme, unos gritos me sobresaltaron.

-Pablo, me dijiste que ibas a venir a por mi joder...- se la veia cabreada, si, era otra vez Malú.- Me da igual que no te apetezca salir ahora coño, estoy tirada en mitad de la puta calle...- empezaba a llorar débilmente, supongo que con el que hablaba seria su novio.- Eres un hijo de puta.

Colgo el telefono, lo guardo de mala gana en el bolso y se puso a mirar el cielo, llorando.
-Ey- la dije acercándome a ella.
-Puff, parece que me persigues...- dijo apoyandose en un coche.
-No seas creida cariño... Venga que te llevo a casa- la dije cogiéndola del brazo.
-Vanesa no, no quiero molestar.- me dijo soltandose- Ya me iré a mi casa en bus o algo...
-Sinceramente no veo a la súper estrella del pop español Malú volviendo a casa en el 538- se rio, por fin conseguí que volviera a sonreír.
-Idiota...- me dio un golpe en el brazo.
-Anda vamos- nos dirigimos a mi coche y se monto en el asiento del copiloto.

De vez en cuando giraba la cabeza y la veia mirando por la ventana, parecía pensativa... Se quedo dormida. Parecia muy relajada y yo no podía evitar mirarla, era preciosa. Vanesa, centrate, Malú no es lesbiana, es solo una amiga. Me puse a replicarme a mi misma sin darme cuenta de lo agitada que iba la respiración de Malú en ese momento...
-Pablo...- empezó a hablar en sueños.- Joder, sueltame...- empezó a gimotear y a llorar aun dormida.
-Malú... despierta...- le daba golpes en el brazo.
-Ahhh.- desperto, y pego un grito que casi nos salimos de la carretera.
-Eh, tranquila que soy yo...- la dije intentando que se calmara- Ha sido solo un sueño, calmate.
-Joder... por favor no me lleves a casa- la mire extrañada- Déjame quedarme contigo esta noche...- me dijo con los ojos llenos de lagrimas.

Me pareció mas frágil que nunca, y sin decir nada, y pensando en que le ocurría, di la vuelta, y me puse en dirección a mi hotel. Se quito el cinturón y se acerco a mi para darme un beso en la mejilla, y automáticamente una sonrisa tonta se dibujo en mi cara...

CAPITULO 1. Primer encuentro.

Caminando sola por Malaga... Asi me encontraba en estos momentos. No tenia ganas de nada, solo de pensar. Pensar en mi, en mi vida, en que seria de mi a partir de ahora. En temas de trabajo iba bien, la verdad que no me podía quejar, había sacado nuevo disco, dentro de poco habría nueva gira... todo en ese sentido me iba bastante bien.
El tema que me preocupaba era mas bien otro, el amor. Llevaba ya mucho tiempo sin pareja, y la verdad no me importaba mucho. Pero no se, siempre he pensado en formar mi propia familia, mi núcleo... Iba tan sumergida en mis pensamientos, que se hizo de noche y no me di ni cuenta. Las calles estaban vacías, y como por arte de magia, se puso a llover, genial, lo que me faltaba.
A todo esto, no me he presentado, me llamo Vanesa, Vanesa Martin, y ahora mismo me encuentro corriendo por callejuelas intentando llegar a mi casa lo menos mojada posible. No iba muy atenta a por donde iba, y me choque con una mujer.
-Perdon, perdon... Lo siento no me he dado cuenta..- intente disculparme, la chica era bajita, y muy delgada, morena y de ojos castaños. La cara me era muy conocida, pero iba bastante tapada para no mojarse ella tampoco.
-Mira por donde vas coño...- me dijo con un tono de lo mas borde.
-Te he pedido perdón, no puedo hacer nada mas.- le dije en el mismo tono.
-Puedes mirar por donde vas para empezar, que vas como una loca.- me empezó a gritar.
-Lo unico que pretendia era no mojarme, tu también podías haberte quitado rica- a mi nadie me dejaba así. Esta no sabe quien es Vanesa Martin...
-Vete a la mierda..- y se fue dejándome con la palabra en la boca.
Me quede plantada en mitad de la calle, no podía haber sido mas borde conmigo la verdad, pero esa mujer tan pequeña y con tanto carácter me sonaba de algo, y no iba a parar hasta averiguarlo. Continue mi camino, directa a casa. Al entrar me sentí arropada por el calor de mi hogar, como en casa en ningún sitio. Decidi tumbarme a ver una película en el salón, ya que no tenia ningún plan mejor, y ahí, tumbada, con mi perro Pongo encima, me quede dormida.

A la mañana siguiente me desperte con un terrible dolor de cuello, por haber dormido en el puto sofa. Intente levantarme sin hacerme demasiado daño, me dolía todo el cuerpo. Recibi una llamada, y a duras penas me levante, para llegar a mi bolso y sacar mi movil de el. Era mi manager.. Después de que me diera una charla por no haberla llamado antes, y yo me disculpara mil y una veces sin resultado aparente, me dijo que tenia que ir a una gala de cadena dial al día siguiente, en Madrid. Genial, viaje de 6 horas con el dolor de espalda que tenia, lo que me faltaba.

Me dispuse a hacer rápidamente la maleta y reserve un hotel en madrid, meti todo en el coche y le dije a mi madre que me cuidara a los perros. Empezaba mi tortura. Tuve que parar varias veces a estirar el cuerpo, ya que me dolia muchísimo toda la espalda, con lo bien que podría haber dormido en mi camita...

Después de ese suplicio de viaje, llegue a Madrid, por fin. Eran ya las 7 de la tarde, así que decidí meterme en la habitación del hotel y esperar a que acabara el día. Me puse los cascos y me quede dormida, esta vez, en una cama de verdad.

Me desperte aun con la música puesta, y mire la hora. Perfecto, me quedaban aun dos horas para ir a la gala. Prepare mi ropa, me duche, me maquille un poco y me vestí. Me quedaba media hora y ya estaba lista. Me puse en camino al recinto donde se realizaba el evento. Al llegar, me encontré con mi manager y entramos. Algunas caras me eran conocidas y otras no, pero hubo una que me llamo excesivamente la atención... La de una mujer.

-Vanesa despierta...- me dijo mi manager viendo como observaba a aquella chica que estaba a unos metros de mi.
-Es que me suena mucho esa mujer, pero no caigo...- le dije señalando con la mirada a la chica.
-Normal que te suene, es Malú..- OSTIA... Malú.

Entonces cai, esa mirada, esa voz... Ella era la chica que me encontré en Malaga.